El Congreso Internacional de Compliance, organizado por la Asociación Española de Compliance ASCOM y Thomson Reuters, se ha convertido en su segundo año en un referente internacional en la materia. En esta edición ha congregado a más de 300 profesionales expertos en Compliance y se ha estructurado en un total de siete paneles, en los que se han abordado los principales temas que preocupan e interesan a los responsables de Compliance, recogiendo también las experiencias internacionales a través de las intervenciones de prestigiosos ponentes procedentes de diversos países del mundo.
La apertura del Congreso ha corrido a cargo del ministro de Justicia, Rafael Catalá, de Sylvia Enseñat, presidenta de ASCOM, y de Javier Moscoso, presidente del Consejo Editorial de Thomson Reuters.
El ministro de Justicia defendió la validez de las reformas legislativas, sobre todo de la LO 1/2015, que estableció la responsabilidad penal de las personas jurídicas, y, en referencia a la corrupción, reconoció que “conlleva una pérdida de confianza de la sociedad en las instituciones”, por lo que quiso poner en valor la reformas que el Ejecutivo ha impulsado en los últimos años. “El fin último de las normas es crear seguridad jurídica para atraer inversiones y por tanto riqueza para sostener el estado del bienestar”. Por este motivo, Catalá considera que “el cumplimiento normativo es la mejor herramienta para sostener dicho sistema”. Según el ministro, “el debate sobre Compliance se suele centrar en el sector público, pero los incumplimientos en el privado también generan inestabilidad”. Por esta razón puso en valor la reforma del artículo 31.bis del Código Penal, modificación “que nació de la sociedad civil” y que “trajo consigo un cambio de paradigma al aceptar la responsabilidad penal de las personas juirídicas”.
La presidenta de la Asociación Española de Compliance, Sylvia Enseñat, recordó que ASCOM fue la primera Asociación de Compliance que se creó en España y defendió la necesidad de generar foros de debate como el del Congreso Internacional de Compliance, que ya se ha convertido en un referente internacional en la materia. También hizo referencia al Libro Blanco sobre la función de Compliance, publicado recientemente por ASCOM, y a la Certificación CESCOM, una certificación profesional exigente y rigurosa que por ello goza de gran reconocimiento.
Por último, el presidente del Consejo Editorial de Thomson Reuters, Javier Moscoso, aseguró que “asistimos a una cada vez mayor demanda por parte de la sociedad de dotar al ámbito empresarial de mecanismos que garanticen sus buenas prácticas”. Afirmó también que si bien Compliance es algo que suena a nuevo, “no lo es para Thomson Reuters”, que “atesora una experiencia de hace muchos años” en profundizar en una materia que, recordó, tiene una dimensión internacional.
El Fiscal General del Estado, José Manuel Maza, ha afirmado que “se tiene que dar paso de una vez al fiscal investigador como figura imprescindible”, por lo que abogó por la inmediata reforma procesal en la materia, “que ya rige en todos los sistemas”, en referencia al Derecho Comparado. En opinión de José Manuel Maza, el programa de Compliance “va a ser cada vez más trascendente”, ya que “cada vez van a ser más las causas que se abran por delitos cometidos por las organizaciones” a raíz de las reformas en la materia de nuestro marco legal. Por ese motivo “las empresas deben colaborar en el cumplimiento normativo”, obligación que en su opinión “será siempre más fácil si el primer filtro es el fiscal, con quien cabe la posibilidad de negociar, mientras que los jueces no pueden hacerlo. El Fiscal General ha afirmado por último que “el Compliance es la mejor herramienta para que las empresas implementen mecanismos de control interno”, así como que considera un error que la reforma que introdujo la responsabilidad penal de las empresas “considere que el sujeto activo del delito sea la persona jurídica en abstracto”.
2ª Jornada
La segunda jornada del II Congreso Internacional de Compliance ha tenido un carácter más práctico y ha estado focalizada en los retos a los que los Compliance Officers se enfrentan a diario.
Los ponentes de la jornada han sido en su mayoría Compliance Officer de empresas con dimensión multinacional. Manuel Crespo, Compliance Officer de Telefónica, ha afirmado que los retos “aparecen todos los días, a lo que hay que sumar los estructurales, que tienen que ver con la delimitación de las funciones, comenzado por aglutinar una trabajo que antes se hacía desde distintas áreas”. Cree necesario comenzar por la delimitación de la tareas, “porque no se sabe muy bien qué se espera de la oficina de cumplimiento”. Por ello “es necesario priorizar muy bien cuáles son las materias, ya que los recursos no son ilimitados”. Reconoce además que “nuestra función es complicada, ya que además generamos un cierto temor en la misma organización”.
Por su parte, Jaime Gaspar, Compliance Officer de Laboratorios Lilly, cree que el responsable de Compliance se enfrenta a un primer reto: “Determinar si su trabajo se centra más en el ámbito de la asesoría o en el de formación”. En la creación de la oficina de Compliance, “la empresa siempre manda un mensaje sobre lo que espera de ella y la importancia que le da”. Así, “no es lo mismo que la haga reportar a su dirección nacional o a la internacional”. Otro reto “es lograr una cultura ética de integridad; hacer un programa de Compliance es relativamente fácil, lo difícil es tener capacidad de influir para que siempre que se actúe desde el comité de dirección, se haga sin intención de sobrepasar los limites éticos”.
Silvia Zamorano, del Área de Regulatory & Compliance de Deloitte Legal, ha afirmado que una de la dificultades con las que se encuentra el Compliance Officer es la propia estructura de la organización: “muchas veces no se tiene claro qué funciones se van a integrar en la oficina de cumplimiento”. En cuanto a los retos de la figura del Compliance Officer, “el primero es la delimitación de sus funciones dentro de la organización”. Destacó además que “debe ser visto como una persona de confianza, no como un enemigo”.
Ignacio Garcia Miguel, Compliance Officer Region Iberia de Bosch, ha afirmado que, de la misma forma que los departamentos jurídicos tienen bastante autonomía, las empresas deben crear unos medios personales y económicos para la oficina de Compliance”, que además “tienen que ser independientes de los de la asesoría jurídica”.
Por último, Juan Pablo Olmo, Subdirector General Área de Cumplimiento de Grupo Mapfre, ha recordado que “el desarrollo normativo no ha sido igual en todos los países de Europa”. Por eso, en una multinacional las oficinas de Compliance no pueden ser idénticas, ya que los desarrollos normativos son distintos; hay que crear un programa global pero adaptado a cada país”. Ha hecho además hincapié en la necesidad de que el Compliance Cfficer “baje a todos los procesos del negocio y explique a cada departamento cuáles son los riegos de su desempeño”. “Más que un formador tiene que ser un concienciador”, ha concluido.