La Asociación Española de Compliance (ASCOM) reconocía hace unos días la labor que realiza la Autoridad Vasca de la Competencia (LEA/AVC) en la defensa de la ética, del buen gobierno y del cumplimiento de las normas de competencia con la entrega del Premio ASCOM 2020 en la categoría institucional.
Los Premios ASCOM 2020 reconocen el esfuerzo de personas y entidades en la profesionalización, la difusión y la consolidación de la función de Compliance.
La Asociación Española de Compliance ha tenido en cuenta para otorgar este galardón las acciones desarrolladas por LEA/AVC en este ámbito.
Por un lado, el desarrollo de una intensa labor de difusión de la cultura del Compliance en materia de competencia, a través de la organización y participación en numerosas jornadas y conferencias, así como a través de distintas publicaciones, entre la que destaca especialmente la publicación en 2019 de la “Guía de Compliance en materia de Competencia”, la primera el Estado sobre esta disciplina.
ASCOM ha valorado también el trabajo desarrollado por LEA/AVC como entidad promotora frente a la Asociación Española de Normalización (UNE) para la elaboración de un estándar de sistemas de gestión de Compliance en Competencia.
El objetivo de esta iniciativa, según explica en esta entrevista su presidenta, Alba Urresola, es incorporar la variable de competencia en los programas de cumplimiento de las empresas, favoreciendo el buen gobierno y un funcionamiento más eficiente y justo de los mercados.
¿Podría decirnos la vinculación de su entidad al mundo del Compliance y cómo ve el desarrollo de esta práctica en nuestro país?
La Autoridad Vasca de la Competencia es un organismo cuya misión consiste en promover, garantizar y mejorar las condiciones de competencia en el mercado, aplicando, entre otras, la Ley de Defensa de la Competencia.
En este sentido, vemos cómo la cultura del cumplimiento debe ser una variable transversal que se extienda a las diferentes ramas del derecho, entre ellas, la del derecho de la competencia, a fin de crear organizaciones y empresas que operen en el mercado de forma transparente y con responsabilidad social.
¿Qué valoración hace del trabajo de ASCOM para dar a conocer el Compliance y su valor añadido?
La Autoridad Vasca de la Competencia ha colaborado con ASCOM como asociación de referencia en materia de Compliance y valora muy positivamente su trabajo de promoción de la cultura del cumplimiento en todos los sectores, incluyendo el público, y también en la profesionalización de la figura del Compliance Officer dentro de los organigramas de las organizaciones.
¿Cuáles cree que van a ser las tendencias en este 2021 en materia de Compliance?
Sin duda la pandemia será un factor que hará avanzar y consolidará los programas de cumplimiento, como una forma de gestión responsable y de rendir cuentas a la sociedad.
¿Cómo ve al Compliance officer en ese escenario? ¿Qué nuevos retos le surgen en este contexto?
Esta figura se está convirtiendo cada vez más en un puesto clave en las empresas. A mi juicio, contar en el organigrama con un Compliance officer independiente es sinónimo de buen gobierno.
¿Cómo ve la recuperación de las empresas frente al corovirus? ¿Qué nuevas funciones o actividades tendrán que poner en marcha las empresas?
La pandemia ha generado una situación y una crisis sin precedentes, para la que no teníamos manual de instrucciones. Todavía tardaremos en conocer todos los efectos a medio y largo plazo, pero seguro que las organizaciones responsables e innovadoras en cuestión de cumplimiento serán las que transmitirán más confianza y consigan estar mejor posicionadas en el mercado.
La Autoridad Vasca de Competencia ha impulsado una norma UNE de Compliance certificable y han hecho una guía muy buena, ¿Qué esperan de ella?
Nuestro propósito con la publicación de la Guía de Compliance en materia de Competencia ha sido poner en valor la importancia del cumplimiento en todos los ámbitos y, en especial, en materia de derecho de la competencia, donde las consecuencias de una infracción administrativa van más allá de las multas de importes elevados (hasta el 10% del volumen de facturación anual), pudiendo extenderse al ámbito personal y a la prohibición para contratar con la Administración.
En ese sentido, la integración de la variable de competencia en la gestión empresarial no solo es positiva desde el punto de vista de la ética y el buen gobierno, sino también una respuesta adecuada a las contingencias a las que puede enfrentarse una empresa.
Sin duda, la Guía tiene también una importante labor pedagógica, dado que explica en detalle y de una forma muy práctica qué es la competencia, cuáles son las conductas que la ley califica como infracciones, las sanciones, etc.
En este sentido, esperamos que la lectura de nuestra Guía sirva para que las organizaciones tengan presente la necesidad de respetar la Ley de Defensa de la Competencia, como un valor de sostenibilidad de la empresa y la sociedad.
¿Qué valor tiene para cualquier empresa contar con un programa de Compliance y su Compliance Officer?
Como he comentado antes, tener un programa eficaz de cumplimiento es garantía de compromiso con la calidad, el buen gobierno y la ética empresarial.
Ninguna organización está libre de incurrir en infracciones, pero el legislador está teniendo cada vez más en cuenta el disponer de unos protocolos o controles internos a la hora de determinar responsabilidades.